Cuando vio al hombre de negro acercarse
con una cabeza cortada colgando de cada mano, tampoco se paró a
pensar en las lineas rojas que las cabezas iban dibujando en la
nieve, ni en porqué aquella figura llevaba dos cabezas, solo se
preguntó cuanto iba a tardar en alcanzarle.
Apátrida
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