El
arrugo el morro y comenzó a rememorar la canción.
Catorce
gallinas tengo
y no
riñen casi nunca
y si
fueran dos mujeres
no
podrían vivir juntas.
Las
mocitas de hoy en día
no
saben fregar un plato
pero
sí saben llevar
en
la barriga un muchacho.
- joder, ni siquiera el puto Jimmy cantaría algo así. ¿Es muy machista, de donde lo has sacado?
- Se lo oí a un español de mi misma compañía en el ejercito.
- Jajajaja. Vamos cantame mas.A mi novia le picó
una avispa en la rodilla;
¡cuándo la picaré yo
cuarta y media más arriba!
Ahora
sí que estamos bien,
tú
preñada y yo en la cárcel:
tú
no tienes quien te meta,
y
yo no tengo quien me saque.
- jajajaja pero dios mio, no me extraña que te echaran del pueblo. Que un viejo cante algo así lo veo casi normal, pero si viese un caballo hacerlo...
- la cuestión es que quería hacer feliz a la gente.
- La verdad. Provocarías muchas risas, pero la gente siempre tendrá miedo a lo desconocido. Incluso si es alguien tan bondadoso como tu.
- Ahora soy bondadoso? Creía que era una especie de monstruo.
- Eres un monstruo, pero aveces a los monstruos ay que conocerlos bien.
La sonrisa asomo a
los labios de Caballo loco. Pero aquella noche quería marcharse
corriendo y quedo dormido en cuestión de segundos, contando las
estrellas una noche mas, pero aquella noche no era una mas, Rosie lo
abrazaba, y aunque lo trataba como a una bestia mas, se denotaba el
cariño.
A la mañana
siguiente el sol brillaba una vez mas en lo alto y abrasaba mas de lo
normal. Había sido una bonita noche y se giro para mirar a la dulce
Rosie. Ella no estaba allí. Se había ido, pero con ella su macuto
(con la mayoría de sus pertenencias), sus pistolas, el poco alcohol
que tenia y el dinero que solía guardarse en los bolsillos secretos.
Lo había dejado allí tirado sin nada mas que su sombrero y su
poncho. “buena jugada Rosie” Pensó.
Quiso maldecirla,
pero recapacito. ¿Acaso no compensaban todas las cosas que había
perdido a cambio del afecto que ella le dio? Pensó en Rosie y en sus
lagrimas. Ojala no volviesen a derramarse pro ningún hombre. Quizás
algún día conseguiría otras pistolas, y podría ir a matar a
Jimmy.
El calor lo
mantenía tirado en al roca durante horas. No se había movido desde
que vio que sus cosas habían desaparecido. No quería hacer nada mas
que morirse al sol. Entonces, oyó una carcajada.
- es increíble. Mira tu por donde te encuentro aquí tirado como si nada. Como tienes tan poca vergüenza de seguir vivo maldito marica. Abandonas a los tuyos y después de unas semanas empezamos a oír rumores sobre un caballo que la arma gorda en todos los pueblos en los que pone sus asquerosas pezuñas.Era Charles Maverick con su asqueroso acento irlandés. Aun pareciendo ser un caballo irlandés, era todo un yankee. Le encantaba pisotear cabezas indias y todo lo que su amo le decía. Era el único caballo, aparte de el, que tenia la cualidad de hablar.
- Puede que sea un cobarde pero e preferido las cadenas del desierto a las cruentas libertades que me daba ser la montura de un asesino. Puede que no me alimenten, ni me peinen ni me dejen llevar un sable como a ti. Pero en el tiempo en el que llevo aquí. He podido saborear mas delicias de las que saboree nunca entre vosotros.
- Eres un paria amigo mio. Me han dicho que te relacionaste con esos putos pieles rojas. ¿que te enseñaron a poner nombre a las flore citas? Se cuenta también que vas por lso pueblos mendigando y asustando a la gente con tu aspecto humano. Acepta lo que eres amigo mio. Eres un perdedor, un cobarde y encima veo que eres un marica.
- Quien de los dos es mas marica, yo, tirado y apunto de sufrir una insolencia, amenazado por ti, ahí de pie. O tu, valiente, con tu pelo cepillado, perfumado como una señorita y amenazando a un hombre desarmado.Una mirada de odio se cruzo entre los dos, a Maverick aquello no le gusto ni un apice, no estaba acostumbrado a que le dijesen la verdad. Su antiguo compañero de armas se lo estaba diciendo. Quería matarlo, quería volarle los sesos como el traidor que era.
- Eres un traidor amigo mio. Y como a los traidores, te voy a ejecutar.
- Siempre seras recordado como un cobarde Maverick. Estoy desarmado.
- No quiero perder tiempo con un duelo, estas borracho. Nadie se enterara, seras un caballo tirado en el camino, disfrazado de vaquero. Nadie lo entenderá.
- Porque haces esto. Tu eres igual de diferente que yo...
- jajajaja tu y yo jamas seremos iguales. Yo soy la mejor montura del ejercito. Tu eres la bestia que se escapo de ellos. No eres mas que..entonces, en un impulso incontrolable, Caballo loco se levanto. Y le atizo una coz en toda la cara a maverick. La sangre broto de el en abundancia, saltando incluso algunos dientes.
- ¡Los de tu calaña nunca aprenderéis! ¡No respetáis nada! Pero ya es tarde, seréis engullidos por vuestra codicia. No se sis era ahora, o sera o dentro de doscientos años. ¡Pero la espada de Damocles se os caerá encima! ¡Te voy a dar semejante paliza que no volverás a querer cabalgar ni siquiera delante de una manada de lobos!Los golpes fueron continuados, ninguno de ellos dijo ninguna palabra mas. La sangre broto de los rostros de ambos. Ninguno llevaba las de ganar, pero si las de perder. El sol empezaba a caer, y las coces seguían ejecutando su baile macabro. Caían como martillos en los rostros del otro. Se gritaban, gruñían como bestias. Ninguno tenia el aspecto de querer parar.
- ¡Oh mira Maverick, una yegua salvaje!
- ¿Que? ¿Donde? ¿Donde?
- ¡Ahí, detrás de ti imbécil!
Cunado Maverick se
giro para mirar, una coz le dio de lleno en la cabeza, tan
contundente-mente que se oyó un sonoro Crack y mas sangre broto de
las orejas del caballo. Caballo loco inspecciono lo que quedaba de
Maverick. No lo había matado, pero si lo había dejado herido grave.
Le robo una de las pistolas, la inspecciono. Era adecuada para el.
Mucho mejor y potente que la que Rosie le quito. Entonces oyó unos
pasos y el sonido del agua corriendo por la roca. Al mirar de donde
provenía el sonido. Vio que se trataba de un soldado del séptimo de
caballería. Uno de aquellos bastardos debía de haber venido montado
en Maverick. Tipos como aquel eran los culpables de todo. Aquel tipo
no lo había detectado. Se puso detrás de el, e hizo un sonido con
la boca para que se diese la vuelta. El sol quería irse, pero no
antes de ver lo que iba a ocurrir.
El soldado se dio
la vuelta, y cuando vio al caballo apuntándolo con un revolver, su
cara fue de puro espanto, “brujería, esto es brujería de los
putos indios” pensaría. Ni Caballo loco sabia lo que era, solo
sabia lo que aria. Apretó el gatillo y...
se despertó con
el ruido de unas botas arrastrando las piedras del suelo. Eran unas
botas relucientes y muy adecuadas para cabalgar. Las espuelas
relucían como joyas bajo el agua cristalina. Cuando levanto la
mirada, solo vio el cañón de un revolver apuntándolo a el. Se toco
la cara, y vio que sus manos no eran pezuñas sino exactamente manos.
Que su cara era chata como la de un hombre normal y corriente. Que no
tenia ningún tipo de hocico o dentadura realmente excepcional. No
era un caballo. Nunca lo había sido. Donde estaría Rosie, que se
había llevado sus pistolas. Miro a su ejecutor, y era un indio.
Vestía de colono, pero era un indio. Su cara reflejaba asco y
desprecio. Quiso gritarle algo, pero ya no era Caballo loco, ya no
tenia sus pistolas, y no podía echarle en cara nada a aquel indio.
En ese momento era el el intruso. Eran los suyos los que comenzaron
la matanza. Sonrió al indio y levanto las manos en son de paz. Un
chasquido sonó en el revolver. El sol hacia relucir el arma mas que
la plata. El sol se veía lejano, y una vez mas iba a ser testigo
mudo.
relucientes y
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