martes, 12 de febrero de 2013

entre tripi y tripi....

Es en ese momento tan carpe diem, en el que ninguna sustancia invade tu cuerpo mas que tu propio vértigo hacia un mundo exterior. Buscas ese fuego purificador que engrose las filas de tu razón y te lleve por buen camino, antes de liarte a tiros con la gente. El problema muchas veces es lo inoportuno de la falta de esa empuñadura que no sientes en tu mano. La falta de ese cañón, se convierte en una frustración, y esto se multiplica, cuando el cañón no es correcto. No se debe matar, no se debe amar demasiado, no puedes destruir lo que no has creado. Quieres disparar hacia la ventana, que los miles de pedazos del cristal se evaporen en tu mente y te transporten a través de los tejados hasta donde descansan las gatas callejeras. Que todo se resuma en un pequeño extasis y el PUM sea el dulce billete de ida y nunca de vuelta.

Apátrida

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