sábado, 2 de febrero de 2013

Lagerstroemia indica

El beso fue de esos besos que intentan ser rápidos pero que por razones equivocadas y aveces acertadas son eternos y duran incluso cuando la lluvia te empapa hasta los ojos. El viento enredó los cabellos como dulces y esquivas ramas de invierno. Las manos acariciaban como si buscasen tesoros escondidos. No pararon hasta que la tierra se hizo con ellos. Se iban a echar de menos. Lo sabían desde el principio.

Apátrida

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