El beso fue de esos besos que intentan
ser rápidos pero que por razones equivocadas y aveces acertadas son
eternos y duran incluso cuando la lluvia te empapa hasta los ojos. El
viento enredó los cabellos como dulces y esquivas ramas de invierno.
Las manos acariciaban como si buscasen tesoros escondidos. No pararon
hasta que la tierra se hizo con ellos. Se iban a echar de menos. Lo
sabían desde el principio.
Apátrida
No hay comentarios:
Publicar un comentario